¿Vas a viajar a Bélgica y quieres saber qué ver en Gante? Nada más poner el pie en el casco histórico de algunas ciudades ya intuyes que vas a contemplar algo grande. Eso es, con salvedades, lo que me sucedió con Gante. Y con estas 10 experiencias en la ciudad quiero transmitirte un poco de lo que yo sentí al visitar esta bonita ciudad flamenca.
Gante: primeras impresiones

Cuando bajamos del tren que nos llevó de Brujas a Gante el panorama me pareció algo desolador. Y es que para llegar al corazón medieval de Gante nos esperan un par de kilómetros sin mucho atractivo, que nosotras decidimos recorrer en tranvía.
¡Ahora sí que sí! Es descender del tranvía y tropezarnos con uno de los paisajes urbanos más bellos que hemos contemplado jamás. La elegancia en toda su plenitud nos recibe en su Korenmarkt.
Y es que si Brujas es una ciudad de cuento, Amberes pura vanguardia y Lovaina la hermana pequeña con mucho que ofrecer, Gante es la elegancia con mayúsculas, con ese porte tan regio y distinguido de su arquitectura y la melancólica belleza de sus canales.
Apuramos el paso, ansiosas, hacia los muelles, doblamos la esquina y ya es el delirio: los magníficos Graslei y Korenlei conforman otra de las estampas que nunca se borrará de nuestras retinas. Esto promete.
Pasamos el resto del día recorriendo el casco histórico de la ciudad, disfrutando de sus plazas, sus iglesias y sus canales; admiramos su castillo, contemplamos Gante desde las alturas y descubrimos su famoso street art, en el que hay cabida para todo tipo de artistas.
Todo esto, caminando. Debido a su extensa red de tranvías, que se aproximan sigilosos y amenazantes por todas partes, me pareció más seguro conocer la ciudad a pie y renunciar a la intención inicial, que era recorrerla en bicicleta. Y creo que fue un gran acierto.
¿Nos acompañas en nuestra visita a la ciudad más elegante de Flandes?
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Un bocado de historia de Gante

Gent, la Gante medieval, residencia de los condes de Flandes, fue un gran centro textil que creció hasta convertirse en la mayor ciudad de Europa tras París y Constantinopla. Lo fue hasta 1540, cuando los habitantes de la ciudad se negaron a financiar los ataques militares de Carlos V (nacido en Gante) a Francia.
La reacción de este rey fue abolir los privilegios de la ciudad y de los líderes de los gremios, haciéndoles llevar unas sogas alrededor del cuello. Este episodio marcó el declive de la ciudad y Amberes tomó el relevo.
A principios del siglo XIX, Gante fue la primera ciudad de Flandes que se subió al carro de la Revolución Industrial y muchos de sus edificios se convirtieron en centros de producción de lino y algodón.
Hoy en día, Gante es la principal ciudad universitaria de Flandes y sus enormes muelles, que se extienden durante kilómetros hacia el norte, generan grandes beneficios económicos.
STROPPENDRAGERS Debido al episodio de las sogas, aún hoy se conoce a los habitantes de Gante como "Stroppendragers" o portadores de sogas.
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Las 10 mejores experiencias que vivir en Gante
Tan sólo estuvimos un día completo en Gante, y nos supo a poco, a muy poco. Estoy segura de que la ciudad merece como mínimo un par de días, así que no lo dudes y duerme una noche en Gante, disfruta de su ambiente nocturno – nada que ver con la dormilona Brujas – quítate la espinita por nosotras y descubre con calma una de las ciudades más bonitas de Bélgica y, me atrevo a decir, de Europa.
La Oficina de Turismo está en la antigua lonja de pescado, junto a la estatua de Neptuno. Allí puedes pedir información y mapas antes de comenzar tu visita a Gante.
Tras nuestra estancia en la ciudad, ésta son las principales experiencias que recomiendo no perderse en Gante.
1. Contemplar los muelles Graslei y Korenlei

Cuando visites Gante recuerda esta frase: tus pasos te llevarán inevitablemente hacia el puerto medieval de la ciudad, que sigue el curso del río Lys. Los magníficos muelles Graslei (Muelle de la Hierba) y Korenlei (Muelle del Trigo) tienen tal magnetismo que parece que nos llamen a gritos para que acudamos raudos y veloces a contemplarlos.
Recordemos que el el siglo XII Gante era el puerto más grande e importante de Europa después de París.
⇒ Korenlei: en el Muelle del Trigo destaca una casa con un barco dorado en el techo. Es la casa gremial de los marineros no libres, que no pudieron navegar ni en los ríos ni en el puerto hasta 1665 (en la foto inferior, es la segunda casa por la derecha).
⇒ Graslei: Aquí encontramos las distintas casas gremiales, la de los Obreros, la de los Medidores de Trigo, el almacén de trigo y otros cereales y la casa donde se cobraban impuestos, que hoy alberga el bar más pequeño de la ciudad. A su izquierda, el almacén de trigo, del siglo XII, donde actualmente encontramos el restaurante más lujoso de todo Gante.
Ambos muelles tienen un aspecto antiguo, pero fueron reconstruidos en gran medida para la Exposición Universal de Gante, en 1913.
2. Subir al Belfort y admirarse con las vistas

El alto campanario o Belfort de Gante, construido en el siglo XIV y considerado Patrimonio Mundial por la Unesco, nos regala las mejores vistas de la ciudad. Está coronado por una veleta en forma de dragón, que se ha convertido ya en la mascota de la ciudad.
En el interior del Belfort hay expuesta una figura de dragón y una exposición sobre la fundición de las campanas, pero sin duda lo más interesante del Belfort es la panorámica que nos ofrece, en la que destaca la bonita Iglesia de San Nicolás.
Hay tramos que se suben en ascensor, y otros más complicados por la estrechez de las escaleras. Ojo con los niños y presta atención si sufres de vértigo, porque en algunos puntos puede resultar agobiante.
Subir cuesta 6 euros, niños gratis, y merece mucho la pena. ¿Te hemos dicho ya que las vistas son increíbles? Pues eso. Así como en Brujas la subida al Belfort no me parece imprescindible, en Gante lo recomiendo como una experiencia única que hay que vivir.
3. Fotografiar los puntos más emblemáticos de la ciudad

Cualquier aficionado o profesional de la fotografía que se precie se sentirá completamente abrumado en Gante, sobrepasado por la belleza y perfección que lo rodea. ¿Hacia dónde dirigir el objetivo? Sin embargo, hay un par de puntos curiosos en la ciudad y muy fotografiados como los que proponemos a continuación.
– Puente de San Miguel
Este magnífico puente separa los dos muelles principales de la ciudad. A su derecha, el Korenlei o Muelle del Trigo; a su izquierda, el Graslei o Muelle de la Hierba. En medio, la estatua de San Miguel.
– Las Tres Torres de Gante

Justo a la izquierda del Puente de San Miguel te encontrarás con una de las imágenes más buscadas de Gante. Conocidas como las Tres Torres, las agujas y campanarios de los principales monumentos de la ciudad coinciden y se apelotonan en el encuadre de la foto. Son la Catedral de San Bavón, el Campanario Municipal o Belfort y la torre de la Iglesia de San Nicolás.
Cruza el puente hacia Korenlei para lograr una imagen de las Tres Torres con más profundidad y perspectiva.
4. Visitar la Iglesia de San Nicolás

Y precisamente de San Nicolás venimos a hablar ahora. La icónica imagen de esta imponente iglesia gótica construida entre los siglos XIII y XV es otro de los lugares más fotografiados de la ciudad, sobre todo desde lo alto del Belfort.
La iglesia de San Nicolás de Gante homenaje al patrón del comercio, San Nicolás, y de hecho su construcción fue financiada por el rico gremio de comerciantes de Gante en su época de mayor apogeo.
En su interior, lo más destacable es el gigantesco órgano y sus bonitas vidrieras.
La visita a San Nicolás es gratuita y en un país en que se cobra por (casi) todo es un gesto de agradecer. Aprovéchalo y entra.
5. Disfrutar del ambiente en la Korenmarkt

¿Y si jugamos un rato? Teatro callejero, actuaciones musicales y hasta un payaso haciendo pompas de jabón. Todo eso y mucho más es lo que encontramos en la animada Korenmarkt, junto a la Iglesia de San Nicolás.
Es una plaza ideal para hacer un parón en nuestras visitas por Gante, sentarse en una terraza a disfrutar de una cerveza belga y admirar la belleza de las fachadas medievales que nos rodean por todas partes. Un imprescindible.
6. Explorar el castillo Gravensteen

Gravensteen, el Castillo de los Condes de Flandes es otra cita ineludible en la ciudad flamenca. Se construyó en el siglo XII con todos los elementos típicos de los castillos medievales: foso, torretas y aspilleras para los arqueros.
Antes de ir leí que en su interior no hay apenas mobiliario y que no merece la pena entrar, a no ser que tengas más días para visitar la ciudad. Su exterior es magnífico y está ubicado en medio del casco histórico, por lo que nos conformamos con contemplarlo por fuera.
Para hacer una pausa, comer ligero o tomar algo en Gante te recomiendo "Mosquito Coast", un local muy peculiar con todo tipo de platos vegetarianos.
7. Contemplar El Cordero Místico en San Bavón

El interior de Sint-Baafskathedraal, construida en origen en el siglo X y de estilo gótico, guarda uno de los mayores tesoros de Flandes: La Adoración del Cordero Místico. Este magnífico tríptico es obra del gran Jan Van Eyck, uno de los pintores flamencos más importantes de la Historia, pero también de Hubrecht, de quien poco se habla.
La entrada a la catedral es gratuita, pero para ver el «Cordero Místico», como se conoce popularmente la obra, hay que pagar 4 euros (no se admiten pagos con tarjeta, sólo efectivo) y además no se pueden sacar fotos, así que tendrás que ir a Gante para verlo con tus propios ojos.
8. Descubrir su sorprendente arte urbano

Una de las gratas sorpresas que nos regala Gante es la gran cantidad de street art que encontramos en algunas de sus calles. La más conocida y relevante es Werregarenstraat, que se ha habilitado al completo para servir de lienzo a cualquiera que empuñe un espray, dispuesto a plasmar su arte.
Personalmente me decepcionó un poco esta calle, ya que imaginaba un espacio artístico importante y me encontré con que cualquiera puede hacer un grafiti, algunos más pintadas que grafitis, en sus paredes. Por otra parte es curiosa y merece la pena darse un paseo por ella, que además está muy cerca del casco histórico.
Después del pequeño chasco con la Werregarenstraat me encontré con esta versión del «Cordero Místico», justo enfrente de la Iglesia de San Miguel, y no pude más que reconocer que ¡esto sí que es un buen grafiti! Se hizo para la película «Monuments Men», que trata de la recuperación de las obras de arte robadas por Hitler. Uno de los tableros del Cordero Místico fue sustraido, y de ahí el grafiti.

Hay muchas otras calles donde disfrutar del arte urbano en Gante. Lo más recomendable es seguir la ruta «Sorry, not sorry street art» (si accedes al enlaces puedes descargarte el plano) que nos lleva por otras zonas de la ciudad donde hay verdaderas maravillas hechas por profesionales.
¿Sabías que Gante tiene su propio "Manneken Pis"? Se llama Néstor y lo encontrarás en el nº 17 de la calle Kraanlei.
9. Hacer un crucero por los canales

En Brujas nos resultó imposible hacer un crucero, ya que las colas que había que esperar eran enormes, así que me pareció buena idea disfrutar de esta experiencia en Gante. No esperes un idílico paseo por los canales, ya que la barca recorre un tramo y después retrocede, es decir, el recorrido no es circular.
Pero sí es crucero muy instructivo y si no hablas inglés para entender mejor al guía puedes ayudarte con unos folletos en español (y otros idiomas) que te facilitarán allí mismo.
Los cruceros se cogen en Graslei y Korenlei y cuestan entre 8 y 10 euros. A lo largo del mismo vamos contemplando los muelles medievales, las casas gremiales, las Tres Torres, el Puente de San Miguel, la Antigua Lonja de Pescado, el antiguo Mercado de la Carne y el Antiguo Hospital o Casa de Alijn.
También encontramos el Gran Cañón, conocido como «Margarita la loca» y diversos puentes como el Puente de los Placeres Imperiales, donde cada estatua representa una fase de la vida de Carlos V, nacido en Gante; o el Puente de la Decapitación, donde se cortaba la cabeza a los maleantes.
En definitiva, un crucero más didáctico que emocionante en sí, pero muy recomendable.
10. Callejear sin rumbo por el casco histórico
Por último, pero no por ello menos importante, nuestra sugerencia de siempre: tomarle el pulso a la ciudad callejeando sin límite, sin mapa ni rumbo fijo. Desconecta el GPS y déjate llevar por el casco histórico, explora las zonas más apartadas de lo turístico y te encontrarás una ciudad auténtica y con mucha vida.
Acércate a alguna de sus muchas plazas, como la Plaza Vrijdagmarkt y sus casas gremiales, donde cada viernes tiene lugar un mercado popular. Piérdete por el pintoresco barrio de Patershol y sus callejuelas adoquinadas; no te saltes el Stadhuis con su Salón del Trono, su Capilla de Bodas y sus bellas vidrieras.
Ni el callejón Provenierstersstraat, situado en el Oude Beginhof, un antiguo beaterio que ha desaparecido casi en su totalidad dando paso a un barrio encantador.
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Tours en español para conocer Gante
Aunque puedes conocer Gante por tu cuenta sin problema, te recomiendo que hagas algún tour que te permita conocer la historia y anécdotas de la ciudad de manos de un guía local.
Son tours en español y con cancelación gratuita. Echa un vistazo.
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